Con la Guitarra en el estribo...3. De un delicado rincón de palacio

Written by Super User. Posted in Música

3. De un delicado rincón de palacio

Por Rubén Joelson 

La primera edición de “La Rhétorique des Dieux”, obra para Laúd de Denis Gaultier publicada en 1652; está escrita en doce partes, una por cada uno de los modos griegos. Esto no significa que las composiciones estén escritas en los citados modos. Sin embargo, muchas de las piezas incluidas hacen referencia a la mitología griega, como las ilustraciones realizadas por Nanteuil, Bosse y Le Sueur. En la primera ilustración se advierten tres figuras: acaso Atenea  con un bastón entrelazado por dos serpientes, otra deidad que no identifico que sostiene un pliego pautado en el que se advierten el título de la obra: “La Rhétorique des Dieux”; frente a ellas un laudista-supongo que representa al propio Gaultier- que atento lee el pliego señalado con la mano derecha de la figura que identifico como Atenea. En las siguientes ilustraciones, grabados, aparecen más figuras y alegorías de la mitología griega y latina. En la obra desfilan Phaeton, Minerva, Mercurio, Aquiles, Ulises, etc.

Esto que encierra alegorías, simbologías para iniciados o no, presupone una construcción más grande, forma parte, si, del “style brisé”;  el estilo “quebrado” que será una práctica instrumental  primero de laudistas, guitarristas y posteriormente de los instrumentos de teclado: Clavecín, virginal, espineta, etc.

Digo que forma parte de una construcción mayor las costumbres instrumentales, las temáticas del repertorio de la época de Gaultier, la elocuencia codificada de la música de François Couperin o Jean Phillipe Rameu, la gracia y elegancia de la música de danza de Lully. La grave y sofisticada Opera de Marc-Antoine Charpentier.

Una edificación, castillo, palacio o fortaleza que sirvió para que resplandeciera Louis XIV  “Le Roi Soleil”. Una construcción que tiene sus cimientos en los trovadores de Provence, los juglares de medioevo, como los goliardos. Sus raíces y cimientos en las polifonías de Perotin, Machault y Josquin de Pres.

Para Luis XIV la música era una parte de su gobierno, su herramienta y su esplendor; era también un espejo de su política e influencia.

En el palacio de Versalles convivían cotidianamente alrededor de dos mil quinientas personas, que requerían toda una codificación para sus pasiones y emociones, para el protocolo  que iniciaba desde que el rey despertaba  e iniciaba el día escuchando a Robert de Visée en la tiorba, el Laúd o la guitarra.

“La Grande Ecurie” era un conjunto que acompañaba al rey a casi todas sus actividades al aire libre: Procesiones, cacerías y paseos al aire libre. Para los bailes, banquetes, conciertos, la ópera estaban  los “Vingt-quatre Violons” y “La Chapelle” para los servicios religiosos.

El Rey Luis vivía en una constante representación teatral, el Louvre y Versalles  eran un marco para esa representación del sofisticado protocolo; compleja  etiqueta que abarcaría el dilatado reinado, desde que gobernó sin primer ministro en 1661 hasta su muerte en 1715.

Quiero detenerme en un hecho. En 1670, Claude Jaquet, organista y masón, por tanto hombre de relaciones y habilidades presentó a Ana Elisabeth, su hija de cinco años, quien deleitó a la audiencia con sus habilidades para el canto y el  clavicémbalo. A partir de entonces se convirtió en un capricho de madame Montespan, favorita del Rey. Éste la animó para que cultivara el don que “la naturaleza le habría otorgado” la animó para mudarse a Versalles donde madame Montespan la criaría con sus propios hijos.

En esta época los maestros que admiraban sus habilidades la nombraban “La petite merveille” o “La merveille de notre siècle”.

En la corte, en la residencia del Delfín o en los aposentos de Madame Montespan se presentaron las primeras obras de Elisabeth, que fueron piezas  dramáticas como una pequeña ópera o una pastoral. Permaneció en la corte de Versalles hasta 1684 para vivir en Paris con su esposo Marin de la Guerre a la postre organista de la Sainte-Chapelle.

En Paris pudo seguir su carrera musical impartiendo clases y conciertos que eran buscados por un público creciente de músicos, por los maestros de la época. Gozando además del mecenazgo del rey a quien siempre demostró su agradecimiento dedicándole no con poca emoción sus obras.

 Hacia 1690 el “Mercure Galant” , después del estreno de una de sus óperas la señaló como “La sombra de Lully” o como la “compositora y músico más prominente”   a este elogio se sumaría el de Georges de Lalande que señalaría a Elisabeth Jacquet como  “tan grande o superior a Couperin y Chambonniéres”.

Hacia esta época le sobrevienen las pérdidas de su padre, su hermano además de la muerte de su marido y su hijo. Después de estas tragedias se retira de la vida de pública de la música.

Reaparece con las "Six Sonates pour le viollon et pour le clavecin" en 1707, obra de madurez y propuestas innovadoras  en Francia. En este libro se sintetiza las propuestas armónicas del estilo italianizante y la riqueza ornamental, la gracia y elegancia francesa. Esta obra, al igual que las anteriores está dedicada al rey, a Luis XIV, a quien sobrevivió catorce años. La obra de Elisabeth es una contribución a la sonata francesa, pertenece al dilatado atardecer del aristocrático estilo de “Le Roi Solelil” es también con Jaques du Phly y Joseph Nicolas-Pancrace Royer la síntesis, en Francia, del estilo que ya anuncia la aparición de Hayden o Mozart.

Destaco de su obra, las cantatas francesas, su obra para clave de 1687 y por supuesto las sonatas de Violín con cémbalo obligato de 1707.

He tenido el placer de leer y transcribir alguna obra de Elisabeth Jacquet; en ella se encuentra las emociones intimas; la elocuencia y elegancia francesa; el arrebato de la música italiana y la búsqueda de la intimidad y la delicadeza.

En especial los preludios no mesurados. Obras que reflejan la espontaneidad, el espíritu de la fantasía improvisatoria que llamó tanto al asombro entre los maestros de su época.

En 1732 Titon de Tillet escribe en "Le Parnasse Français” sobre “la maravillosa facilidad para tocar fantasías y preludios con espontaneidad”

Elisabeth Jacquet de la Guerre (1665-1720)  pertenece a una estirpe injustamente olvidada: la de las compositoras. Francesca Caccini (1587-1641), Bárbara Strozzi (1619-1677), Ana Isabella Leonarda (1620-1704) son autoras que no merecen el olvido.

El primero de septiembre de 1715 fallecía Luis XIV a los setentaisiete años dejando los palacios, los jardines, las bibliotecas y las instituciones. Una de esas instituciones fue la dilatada  y vasta mansión  de su música, la inmensurable construcción de compositores, instrumentos, libros, conocimientos. El dilatado palacio de la música del rey Sol tiene un rincón sutil, delicado. El de la música de Elisabeth Jacquet. Músico del ocaso del Rey.

                                           English translation by Gimena Joelson

  A delicate corner of palace

By Rubén Joelson

The first edition of “La Rhétorique des Dieux” pieces for lute by Denis Gauletier  published on 1652. It´s written in twelve parts, one for each greek mode, this does not mean that the compositions are written on the aforementioned modes, however, many of the included parts make a reference to the greek mythology, like the illustrations made by Nanteuil, Bosse and Le Sueur.

On the first illustrations it can be noticed three figures, perhaps Athena with a cane interlaced by two serpents, I can not identify the other deity that is holding a sheet music, in which can notice the title of the work, "La Rhétorique des Dieux" in front of them a lutenist,  I guess that it represents the own Gaultier , how attentively he read the sheet music that the right hand of the figure, that I identify as Athene is pointing out.

In the following illustrations and prints, I found more figures and allegories of Greek and Latin mythology.

They parade through the play, Phaeton, Minerva, Mercury, Achilles, Ulysses, and so on.

This, that it encloses allegories, symbologies for connoisseur or not, presupposes a bigger construction. Yes, forms a part of “style brisé”; the "broken style” would be a instrumental practice for lutenist, guitar players and later on for the keyboard instruments: Harpsichord, Virginal, Spinet, ect.

I say it forms a part of, a greater construction, the customs, the thematic repertory of the epoch of Gaultier, the encode eloquence of the music of François Couperin or Jean Philippe Rameau, the grace and elegance of the dance music of Lully. The grave and sophisticated Opera of Marc-Antoine Charpentier

A building, a castle, a palace, or a fortress, served for the shining of Louis XIV “Le Roi Soleil". A construction that has to have its foundation on the troubadours of Provence, the medieval minstrels, like the goliardos. It's roots and its foundations on the polyphony of Perotin, Machault and Josquin de Pres.

For Luis XIV, music was a part of its government, its tool and its splendor;  It  was also a mirror of its policy and influence.

On the palace of Versailles about two thousand five hundred people lived toghether. And they needed a coding for their passions and emotions, for a protocol, that started with the awakeing of the king, who start his day listening to Robert de Visée in the theorbo, the lute or the guitar.

“La Grande Ecurie” It was a set that accompanied the king to almost all outdoor activities: Procession, hunt, and strolls to the open-air.

For balls, banquets, concerts, and the opera were the "Vingt-quatre Violons" and "La Chapelle" for religious services

King Louis lived in a constant theatrical performance, the Louvre and Versailles were a framework for the representation of the sophisticated protocol; A complex label that will cover  his long reign, since he governed without a prime minister in 1661 until his death in 1715.

I want to dwell on a fact.

On 1670 Claude Jacquet, organist and Mason “therefore a man of contacts and skills” presents  Anna Elisabeth, her five year old daughter, that delighted the audience with their singing skills and harpsichord

Thereafter she became a whim of Madame Montespan, the king's favorite. He encouraged her to cultivate the gift that "nature would have given her”, and encouraged her to move to Versailles where Madame Montespan, would have raised her as one of her children.

At this time teachers who admired his skills named it “La petite merveille”   or “La merveille de notre siècle”.

In the court, in the Dauphin residence or in the chambers of Madame Montespan, Elizabeth's early works were presented which they were dramatic pieces like a small opera or  a pastoral. She remained in Versalles court until 1684, later she went to live to Paris with her husband Marin de la Guerre the organist dessert of the Sainte-Chapelle. In Paris she could continue her musical career, giving clases and concerts, this were sought by a growing   audience of   musicians, and for the masters of the time. Besides, enjoying the patronage of the king for whom always showed her gratitude, dedicating not with little emotion her works

After the opening of one of his operas in 1690 the “Mercure Galant” pointed her as " the shadow of Lully" or like "The most prominent musician and composer" to this praises it would join the ones made by Georges de Lalande  pointings to Elisabeth Jacquet as "so great or greater than Couperin and Chambonnières"

Around this time,  will befall on her,  the loss of his father,  his brother and the deaths of her husband and son. After these tragedies she retired from public life and from the music.

She appears in 1707 with "Six Sonates pour le viollon et pour le clavecin" a mature work and innovative proposals in France. In this book the harmonic proposals of an Italianate style and the ornamental wealth, the grace and French elegance is synthesized. This work like the ones above is dedicated to King Louis XIV “she will outlived him fourteen years”. The work of Elisabeth is a contribution to the French sonata, belongs to the long evening of aristocratic style, of "Le Roi Solelil" is also Jaques du Phly and Joseph Nicolas Pancrace Royer are the synthesis of it, in France the style that announces the appearance of Hayden or Mozart . The highlights of his work; the French cantatas, his work for harpsichord of 1687 and of course the violin sonatas with harpsichord obbligato of 1707. I have had the pleasure of reading and transcribing some work of Elisabeth Jacquet in it I found the intimate emotions, the French elegance and eloquence, the rapture of Italian music and the search for intimacy and the delicacy. Especially the not measured  prelude. The works reflect the spontaneity, the spirit of makeshift fantasy, that it called both the astonishment among teachers of his time.

 In 1732 Titon du Tillet writes in "Le Parnasse Français” the wonderful facility to play fantasies and preludes with spontaneity. Elisabeth Jacquet de la Guerre (1665-1720) belongs to a lineage unjustly forgotten: that of composers. On September 1715, at the age of seventy-seven Louis XIV died; Leaving palaces, gardens, libraries and institutions. One such institution was the long and vast mansion of his music, immeasurable construction of composers, instruments, books and knowledge. The dilated palace of the Sun King music has a subtle, and delicate corner, the music of Elisabeth  Jacquet. 

The musician of the King twilight

Imprimir Correo electrónico

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar