Criterio del 7mo Arte... Asfixia...Por Adán Salgado Andrade
ASFIXIA
Por Adán Salgado Andrade
Aun en la vida cotidiana, las mujeres sufren de violencia, acoso, humillaciones, pues el prevaleciente mundo machista en que se desenvuelven, las victimiza, tratándolas como meros objetos, de los que puede disponer a su antojo, incluso, asesinándolas. En este país, se cometen alrededor de diez feminicidios por día, a pesar de que estamos en pleno siglo veintiuno. Sigue sin haber un verdadero respeto por parte de millones de machos, que no han comprendido que la igualdad de géneros es fundamental.
Lo anterior, porque si, encima, se encarcela a mujeres, todavía se agrega un peor estigma, dado que la prisión marca de por vida. La prisión, esa forma de “reintegrar” a una persona a la sociedad, es cuestionable, sobre todo si quien llega allí es inocente. De ninguna manera se da la “corrección”, al contrario, quien cumple una sentencia, se vuelve peor al salir, pues al convivir con verdaderos criminales, un inocente se hace como ellos, no se “vuelve bueno”. En realidad, estar en prisión, es un mero castigo que marca, no hay un proceso que verdaderamente garantice la vuelta a la “normalidad”, para quien sale “libre”.
Ya, documentales como “Los ladrones viejos”, de Everardo González, del 2007, muestra a olvidados personajes, ésos, sí, delincuentes, condenados a muchos años de prisión, languideciendo en penales, en los que, más que “corregirse”, se resignan a vivir una caótica existencia, en la que recuerdan sus pasadas “glorias”, pero enfatizando al documentalista que ellos eran “ladrones éticos”, que robaban a los ricos, no a los pobres, y que seguían normas morales, nada de matar, nada de violencia, los hurtos eran sin que los afectados se dieran cuenta.
Así que si para un hombre encarcelado, la vida se torna terrible, para una mujer que está en prisión, lo es mucho más, por el ya referido estatus de inferioridad a la que se le ha relegado. Y al salir, se le trata peor que al hombre que deja la cárcel.
Esa temática la presenta la cinta mexicana “Asfixia”, dirigida por Kenya Márquez, en donde Alma es una mujer joven, que fue encarcelada injustamente, acusada, al parecer, de robos hechos por su ex pareja, achacados a ella. No sólo eso, sino que Alma es albina, lo que le da otra característica para ser vista como fenómeno. Además de ser una ex convicta, su falta de melanina, la muestra como una persona marginada, “rara”.
Alma sale de la cárcel, y lo primero que hace es buscar a Bernie, el hombre con quien tuvo a una hija, igual que ella, albina. Bernie, en una escena, le reclama que “está muerta, la atropellaron, porque le heredaste esa madre que tienes, y no vio el carro que la mató”, con lo que le achaca su diferencia, su característica física que la muestra, según aquél, como un “fenómeno”.
Eso, como dije, es un estigma adicional al de ser ex convicta, pues trata de solicitar un empleo inútilmente. En otra escena, cuando pide trabajo en un centro comercial, el gerente le dice que no, que todos sus empleados son “decentes”. “Eso que traes, es una carta de buena conducta, pero no me garantiza que no te fueras a robar algo”, le dice, indiferente a sus súplicas.
Así, marcada por haber estado en la cárcel y por ser albina, Alma debe unirse a otro marginado, Clemente, no por las circunstancias de la chica, sino por una enfermedad pulmonar que lo tiene al borde de la muerte a cada momento. Y es quien le da el trabajo de cuidarlo por las noches, cuando el mal se agudiza.
Es en circunstancias así, que se da un entendimiento, una simbiosis, cuando el ser “diferente”, “marginado”, nos une a los “raros”, nos alienta a seguir vivos.
“Asfixia” se exhibe en Cineteca y salas comerciales.