Criterio del 7mo Arte... Graduación Por Adán Salgado Andrade
GRADUACIÓN
El capitalismo salvaje es un sistema económico depredador, tanto del planeta, así como de los valores humanos que, como supuestos seres racionales que somos, deberíamos de poseer y seguir practicando, tales como la bondad, la compasión, el amor, la solidaridad, la sensibilidad… y otros que nos caracterizarían como humanos pensantes, emotivos, socializantes, capaces de ayudar aquéllos en desgracia, auxiliar en los peores momentos y, por qué no, celebrar cuando haya que hacerlo.
En cambio, nos hemos convertido, más y más, en individuos practicantes de un atroz egoísmo, por el cual solamente buscamos nuestro provecho personal, el éxito material, la pletórica riqueza, los sueños de grandeza que dicho capitalismo salvaje alienta día a día, sin importar que, a consecuencia de tal atomización, la misma sociedad se convierta en disfuncional, que sea evidente la carencia de los mencionados valores y que la descomposición de su tejido se asemeje más a una podrida tela, en la que ya no sea posible remendar tantos agujeros.
En cualquier país podemos ver la decadencia humana, desde México, pasando por Estados Unidos, Rusia, Egipto, China… nadie se salva de esa desalentadora tendencia. Como bien refiere el escritor chino Yu Hua (Zhejiang, 1960) en su libro “China en diez palabras”, hablando de la sociedad china, que “Antes, durante el comunismo, existía la solidaridad entre los chinos. Ahora, con la venida del capitalismo, solamente se trata de lograr el éxito a cualquier precio”.
Lo anterior sirve muy bien para comprender lo que el director rumano Cristian Mungiu ha plasmado en su más reciente cinta, Graduación (Bacalaureat), una coproducción rumano-franco-belga. En este trabajo, se aborda la problemática referida arriba sobre la falta de valores que, en este caso, toma lugar en Rumanía, un país antes bajo la influencia de la desaparecida URSS, que, según el sentir de las personas que vivieron la etapa del llamado socialismo, el que, más bien, debería de referirse como una economía de planificación central, antes era más unido, probablemente por la dosis de fascismo-autoritarismo prevaleciente en esos tiempos, lo que significaba mayor cohesión social, ante los excesos de las teocracias en el poder. Mungiu se ha caracterizado por mostrar en sus trabajos lo que ha sido Rumania en su etapa socialista, y también en lo que se ha convertido al haber abrazado totalmente al capitalismo salvaje. Por ejemplo, su cinta “Cuatro meses, tres semanas y dos días”, ganadora de la Palma de Oro en el 2007, muestra las penurias por las que deben de transitar dos amigas, cuando una de ellas intenta provocarse un aborto en un país en el que era criminal practicarlo, tanto así, que ni siquiera, clandestinamente, en las clínicas podía realizarse y se debía alquilar un cuarto de hotel en donde algún obscuro “doctor”, en condiciones poco salubres, lo llevaba a cabo.
En “Graduación”, Mungiu aborda el conflicto de un disuelto matrimonio y los problemas que enfrenta para que su única hija, Eliza, logre conseguir una beca para estudiar en Inglaterra. Romeo, su padre, un afamado doctor y Magda, la madre, empleada en una biblioteca, viven los últimos momentos de una irreconciliable relación. A pesar de ello, Romeo pone todo su empeño por tratar de que Eliza pase los exámenes de inglés, casi con diez, los que, además de su muy buen promedio, le asegurarán su lugar en una escuela inglesa. Eliza está algo renuente, pero Romeo le insiste en que debe de hacerlo, pues, le sentencia, “en este país no tienes futuro”. Por desgracia, una mañana que Romeo va a dejar a Eliza a la escuela, ésta es asaltada y casi violada. Romeo es perseguido por el remordimiento, pues por haber dejado a su hija una cuadra antes, fue que sufrió ella el violento ataque. Eso, porque a Romeo se le hacía tarde para acudir a su acostumbrada cita de amor con Sandra, su amante de más de un año. Eliza resulta golpeada y lastimada de la mano derecha, justo un día antes de los exámenes de inglés. A partir de allí, Romeo hace todo lo posible para que Eliza pase con excelencia tales exámenes, incluso, buscando que los profesores encargados de la evaluación la “ayuden”. Eliza se da cuenta de ello y le reclama que por qué lo hace, que si también ha influido para que ella haya tenido siempre buenas calificaciones. Y también le reprocha que se ve con Sandra y que no le haya dicho nada a Magda, amenazándolo con que no presentará los exámenes si no lo hace. Exasperado, Romeo le dice que como quiera, que no le está haciendo ningún favor y que sólo es por el bien de ella. Todo eso sucede mientras la policía investiga para tratar de localizar al delincuente responsable del asalto y ataque a Eliza, sin demasiado éxito, lo cual nos recuerda a nuestro propio cuerpo “policiaco”, que pocas veces da con los criminales responsables de un delito.
Mungiu, con esta nueva propuesta, lanza una fuerte crítica hacia el egoísta individualismo que priva en Rumania, al igual que en todo el mundo, sobre todo cuando en sus declaraciones, Eliza afirma que había gente a la hora del ataque, pero que nadie la ayudó. Y también Mungiu muestra que el contrato matrimonial es una impuesta institución civil cada vez más anacrónica y gastada.
Por otro lado, es claro que también en Rumania, la competencia por destacar y ser el o la mejor en todo, lleva a olvidar lo demás, incluso que ese individualismo es el precursor de la gran descomposición social que vivimos día a día.
“Graduación” se exhibe en el circuito cinematográfico de la 61 Muestra Internacional de Cine.
Por Adán Salgado Andrade