SHITMAN. Cuento por Adán Salgado

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

                                                            SHITMAN

Por Adán Salgado Andrade

 

Por poco, esa alienígena, convertida en guapa mujer, se encontró con Shitman en el baño de mujeres, del elegante bar lunar…

Sin perder tiempo, aquél se convirtió en mierda, de la más asquerosa posible, y se aventó un clavado al inodoro, que dejó todo salpicado de la diarreica consistencia que tomó Shitman…

La “mujer” abrió la puerta y nada más ver la asquerosa, cagada escena, vomitó, una espesa, verdosa, ácidamente apestosa vasca, que casi hace vomitar, a su vez, a Shitman. No sólo eso, sino que se hubiera convertido en su humana forma y, seguramente, la alienígena habría usado los poderes que empleaba para destruir a sus enemigos, en este caso, los humanos, quienes hacía 200 años ya habitaban la Luna.

Sí, Shitman los había visto, bueno, las había visto – pues esos alienígenas, en particular, tomaban la forma de guapas, sexis, indefensas chicas –, cómo emitían un corrosivo gas que deshacía al instante todo lo que tocaban fuera animado o no. Vio, unos días antes, cómo habían deshecho, entre tres de “ellas”, una patrulla policiaca, que las había perseguido, pues iban a exceso de velocidad en su convertible volador…

Fue llegar al Mar de la Tranquilidad, que el convertible, azul turquesa, precioso, último modelo, viró imprevistamente, y esas “chicas”, se transformaron en los terríficos seres saponoides que eran realmente y, juntos, exhalaron su mortal, corrosivo gas y terminaron deshaciendo a los pobres patrulleros y su patrulla…

Luego, convertidas de nuevo en joviales jovencitas, subieron a su convertible y marcharon con rumbo al antro La Tierra, decorado muy a la usanza del abandonado planeta, en donde ya ni las moscas podían vivir, de tan contaminado y radiado que quedó – se desató, finalmente, unos 200 años atrás, la tercera guerra nuclear, y todo lo hizo mierda, literalmente…

En la decoración había árboles, animales como perros o gallinas, algunos riachuelos que cruzaban por el piso, con algunos peces… sí, por esa circunstancia, La Tierra era de los más exclusivos antros de La Luna…

Eso habría sido un par de semanas atrás… ¡una amenaza más, de la que Shitman habría de encargarse, dado su patriótico, lunar deber!...

 

Y una de ellas, era la que por poco lo descubre en el baño, al que se había colado esa noche Shitman, esperando que alguna de ellas entrara y pudiera percibir, con su súper olfato, alguna debilidad orgánica, para atacarlas…

Como siempre, trabajaba solo, sin despertar sospechas, solitariamente protegiendo a ese noble planeta… no quería que se repitiese la historia de la Tierra, la que, por falta de héroes reales, había sido víctima de los destructivos poderes fácticos, de un puñado de pendejos que la contaminaron y, finalmente, destruyeron con 14 mil armas nucleares, que detonaron rápidamente, en una fulminante reacción en cadena…

Irónicamente, él había sido producto de esa destrucción…

Sucedió que sus padres, siendo Shitman recién nacido, lo habían envuelto muy bien en varias cobijas, y lo arrojaron a una coladera, deseando que las aguas negras lo protegieran de la explosión nuclear que, un minuto después de su desesperada acción, barrió con todo, edificios, autos, gente, jardines…

Fueron más de 300 metros de caída de Shitman hasta las aguas negras, en las que cayó y, pronto, se sumergió…

De todos modos, los efectos del estallido nuclear lo alcanzaron, pero…

Sí, el bebé que fue, no murió, sino que las aguas negras, llenas de caca, más la radiación nuclear, le dieron el súper poder de transformarse en mierda, cuando quisiera, además de que era casi inmortal… bueno, había cosas que podrían destruirlo, aunque era inmune casi a todo… o, más bien, primero debía de ver si lo era…

Y cada que algún alienígena se aproximaba para apoderarse de la Luna, Shitman averiguaba y examinaba sus poderes. Ninguno, hasta ese momento, le había ocasionado daño, excepto el corrosivo gas de las alienígenas, que, lo comprobó, le deshacía la piel, pues algo de aquél, le llegó cuando el incidente de la patrulla pulverizada, y le dejó “hoyitos” en el brazo…

Shitman fue el nombre por él adoptado, dado que nunca supo su nombre real, y sólo tuvo conciencia de sí, cuando, tendría unos dos años, despertó en medio de radioactiva mierda, mientras socorristas, los pocos que quedaron, buscaban gente para irse a establecer a la Luna, pues en la Tierra era ya inútil tratar de vivir, y lo hallaron.

Uno de ellos, un afroestadounidense, exclamó “Shit man!”… de ver que aún, todo enmierdado, el pequeño todavía respiraba y se le quedaron, para siempre, esas palabras a él en su subconsciente…

 

La alienígena terminó de vomitar, casi desorbitándosele los ojos…

Oyó Shitman, hacía rato, que la llamaban sus “amigas” Britney… ¡vaya nombrecito tan fresa!...

En ese vómito, por fortuna, Shitman sólo detectó restos de comida (asombrosamente, hasta a las quesadillas, estilo lunar, le entraban esas “mujeres”, como pudo percibir, ya que había estado sentado en la mesa de junto), mucho tequila y sangrita…

Al menos, en la cuestión culinaria, los humanos pudieron rescatar mucho de la fallecida Tierra…

Era algo que él disfrutaba mucho. Salía de su chamba, de reparar cohetes espaciales y viejas máquinas del tiempo – que sólo posibilitaban viajes al pasado en un cuarto plano, para solamente observar cómo eran los viejos tiempos. Nunca pudo hallarse un algoritmo para ver el futuro –, y todas las tardes, iba al puesto de sopes y quesadillas de doña Chona, para saborear esos ricos antojitos….

 

Shitman no detectó nada del eructo corrosivo, con el que atacaban…

Seguramente sólo cuando se transformaban en esa suerte de enormes sapomórficos deformes, entes, con enormes bolas y verrugas por toda su escamosa grisácea piel, eran capaces de hacerlo…

Era un primer punto que había que tomar en cuenta, pensó Shitman… atacarlos en su transformado estado “femenino”…

Aunque era algo que le ocasionó especial escozor, con eso de que se castigaban duramente los escasos feminicidios que, por fortuna, se daban en el planeta… habría que hacerlo discretamente…

“Yo creo que por eso se transforman en chavas”, pensó Shitman, enjuagando, como pudo, con el agua del inodoro, el vómito amarillo pus de su, en ese momento, mierdosa consistencia…

Sí, recordaba cómo, pasando su cuarto aniversario – esos años le dijeron que tenía, unos 190 años atrás – una mujer, muy parecida a la alienígena de la vomitada, le preparó un “pastel”, y todos en el orfanato, en el que vivió hasta sus quince años, habiendo aprendido el oficio de mecánico general, le cantaron Las Mañanitas, milenaria vieja canción que, sorprendentemente, todos seguían recordando tan bien…

Luego, ya cuando todos dormían, sintió una fuerte diarrea apoderarse de sus intestinos…

Fue al baño “de volada”…

Sentose en la tasa, pujó y… ¡saz!...

No se cagó, como esperaba, sino que, todo él, se volvió fluida, radioactiva mierda que se desbordó dentro y por afuera de la tasa…

¡Estaba aterrado, pues… cómo explicaría a todos su situación… que, de repente, se había cagado… más bien, convertido todo en una gran cagada, haciendo honor a esa expresión popular, contra los culeros, de que “¡Eres una mierda, cabrón!”…

Se aterró… imaginó cerrar sus ojos… si es que algo en esa mierda podría compararse a ellos… o, por lo menos, lo imaginó, y deseó con todas sus mierderas fuerzas, volver a ser el mismo Shitman de siempre…

¡Y, milagro, o sepa la madre qué había sucedido, pero su cuerpo volvió a la normalidad…!

Hasta la última partícula de suciedad se le reincorporó…

Ni su piyama se había ensuciado…

Además, se dio cuenta de que no hacía falta ir al baño cada que sintiera ganas de “hacer del dos”, pues se absorbía todo su excremento, su cuerpo así se alimentaba, de procesar la comida en bolo fecal y absorberlo…

Pero, también se dio cuenta de que, si lo quería, al ser mierda, podía convertirla en radioactiva y destruir a cuanto ser vivo quisiera…

Eso lo comprobó cuando, una vez, caminando por uno de tantos barrios bravos lunares, un grupo de gorcoranos, esos migrantes que venían del lejano planeta Gorcoro, nada más para hacer desmadres y robar, lo atacaron…

Sin saber qué hacer, sólo por probar, se concentró en enmierdarse, pero radioactivamente…

Así, su masa mierdosa radioactiva se abalanzó contra esos malvivientes intergalácticos…

Y quedaron, literal, hechos mierda…

Sí, masas muy apestosas, parecidas a lodo, pero de hedor insoportable…

De allí, Shitman se alegró de, al menos, tener poderes para combatir el mal…

Bueno, no se sintió como los súper héroes de antaño, los que, decían los historiadores, el mundo terrestre antiguo creó, con tal de, al menos en los cómics, poseer personajes que los ayudaran contra cósmicos enemigos y otras amenazas alienígenas…

Pero, sí, estaba satisfecho de poder enfrentarlos…

Y lo haría como un súper héroe anónimo, sin más reconocimiento que su propia satisfacción, de servir a la Luna, su patria, desde hacía casi doscientos años…

Eso fue otra cosa que pudo ver, que los años pasaron y seguía viéndose como de 25 años…

Un muy profundo conocedor de la arqueoliteratura, le dijo que le recordaba al personaje de Oscar Wild, un famoso, en su tiempo, arqueoescritor. Dorian Gray, le dijo aquél, que se llamaba el personaje, muy extrañado de que los años pasaran y Shitman seguía viéndose igual…

Por fortuna, nunca tuvo que dar una detallada explicación de por qué no envejecía…

Nada más decía que no fumaba, no tomaba, hacía mucho ejercicio y nada de sexo…

Y como la gente que lo conocía se iba muriendo… pues, sin problema…

Aunque, en realidad, sí tenía algo de sexo, con las eventuales novias que durante sus casi 200 años de vida había tenido…

Nada fácil tener novias en distintos tiempos, pues sus gustos cambiaban y siempre se le dificultaba a él adaptarse…

Sobre todo con aquéllas que estaban mejoradas genéticamente, cambios exigidos si se pretendía descollar laboralmente, en ese tan competitivo mundo…

Como las que poseían súper inteligencia, capaces de superar el poder computacional de las mejores laptops de moda…

Con ellas, Shitman debía mamarse la Wikisúperpedia, el Moongoogle, el Chingatube… y todas esas redes que, supuestamente, contenían todo el conocimiento humano actualizado…

De eso se ponía a hablar… de tanto descubrimiento nuevo, como la mejora para la siembra cósmica, obtener súper nutritivo polvo del éter universal y pendejadas así…

Otras, eran las súper candentes, las que podían aguantar cientos de orgasmos por hora… ¡eran las que más le exigían y gastaba en cientos de Viagras, con tal de complacerlas…

Las súper deportistas, que podían aguantar corriendo cien o más kilómetros… tenía que echarse sus toques de mota para mantener la velocidad…

Sí, muy difícil hacerse de una novia, adecuada a él, en tantos cambiantes años…

 

Terminó de enjuagarse el vómito, ya, en su forma humana, en el lavabo…

Se puso su ropa, que había escondido debajo de ese lavabo…

Y salió.

Se dirigió de  nuevo a la mesa en donde Britney conversaba con Marvella y Sequoia – “Pa’ nombrecitos que también se cargan”, pensó –, sobre la “espantosa mierda” que había visto en el baño y que hasta la había hecho vomitar:

-¡Se ve que esa vieja comió cagada! – exclamó, riendo a sonoras carcajadas las tres…

Shitman se dijo que era el mejor momento para abordarlas y unirse a su conversación… y buscaría la forma de que terminaran los cuatro en un hotel y… bueno, ya se le ocurriría algo para “empedarlas” y destruirlas mientras estuvieran en su forma humana…

Sólo deseaba que siguieran siendo “humanas” mientras dormían…bueno, si lograba que se alcoholizaran lo suficiente para que se durmieran…

Pero eran sólo especulaciones… no sabía, en realidad, a qué atenerse con esas alienígenas…

-Buenas noches, chicas… ¿puedo acompañarlas?...

Las tres voltearon a mirarlo, quizá sorprendidas por su “atrevimiento”, pensó él…

Shitman era atractivo, de buen cuerpo, ojos claros, piel apiñonada – o sea, moreno claro, pero prefería esa forma más amable de referirse a que no era tan prieto – y amable sonrisa…

Britney asintió con un afirmativo cabeceó…

Shitman jaló una silla y se sentó con ellas:

-Lo que gusten, chicas, yo invito… Shitman, para servirles…

-¿¡Shitman!? – repitió con burlona risa Marvella…

-Sí, Shitman – respondió él, con encantadora sonrisa…

 

 

 

II

 

Para su fortuna, les gustó el pulque, ancestral bebida, rescatada de restos moleculares de aquélla, durante las ocasionales exploraciones que arqueolunólogos hacían a la abandonada Tierra, a una región conocida en los anales protohistóricos como Texcoco

La procesaron, para ver qué resultaba y… las corporaciones lunoalimentarias, como siempre, acaparadoras de todo vestigio o molécula arqueoalimentaria, se apoderaron de eso, que lograron averiguar, apodaban “pulque” los antiguos… y lo procesaron, con gran éxito, sobre todo los “curados”, como también supieron, les llamaban los hombres de ese remoto pasado, a la combinación del pulque con otras antiquísimas esencias…

Se los pidió de nuez…

Y tanto les encantó a Britney, Marvella y Sequoia, que cayeron como arañas fumigadas… otra expresión, que sus búsquedas de arqueolingüistica en la moonweb, le habían enseñado, y que significaba ponerse súper pedo…

Le ayudaron los meseros a subirlas al convertible…

Shitman sin problemas, ya que absorbía totalmente el alcohol, procesándolo como mierda, que se incorporaba a su cuerpo, las subió a las tres, cargándolas al mismo tiempo, una sobre otra, gracias a su súper fuerza, a la lujosa habitación 506 del hotel “Fuck Everybody”, el que le había salido algo carito… ¡mil lunláres!, una semana de salario, pero no podía escatimar en gastos…

No, tenía que agarrarlas durmiendo, antes de que se despertaran, pues no sabía qué podría pasar…

 

Las acostó juntas, en la cama King Size que había en una de las dos recámaras de la habitación, una lujosa suite…

Pensó que la forma más rápida y adecuada para destruir a esos alienígenas, convertidos en gráciles chicas, sería cubrirlas con su radioactiva mierdera masa…

“Entre más rápido, mejor”, pensó…

Y procedió a hacerlo…

Pero, para su mala suerte, al estarse convirtiendo, Britney despertó… y muy repuesta de la borrachera…

-¡¿Qué haces, cabrón!? – gritó, alarmadísima…

Shitman se abalanzó hacia ellas…

Pero, rápida y hábil, Britney logró esquivarlo…

Shitman logró destruir a Marvella y Sequoia, quienes ni cuenta se dieron cuando se hicieron mierda…

Pero Britney ya se estaba convirtiendo en Killdaga, del planeta Killido, distante cien millones de años luz, pero nada de eso sabía Shitman en ese momento, más interesado en destruir a la sensual Britney… o lo que fuera que así se llamaba…

A tiempo se quitó del eructo corrosivo que le alcanzó a deshacer una orilla… eso se reflejaría en una buena herida del brazo derecho, ya convertido en su humana forma…

El resto del gas corrosivo, fue a dar a una pared, haciendo un enorme hoyo, que dejó ver a una pareja de la habitación de junto, quienes cogían en ese momento, y también alcanzó a deshacer…

Siguió otro eructo, mayor al anterior, y se llevó otro buen pedazo de pared, la que daba al pasillo..,.

A Shitman le deshizo parte de otra orilla… “herida en la pierna izquierda”, pensó…

Su masa radioactiva no parecía hacerle nada a Britney… a pesar de que, en cierto momento, se deslizó por debajo de la cama, y le salió por detrás de la cabecera, cubriéndola…

-¡Cabrón, hijo de tu puta madre! – gritó el monstruoso protosapo, mientras eructaba varias veces…

Con trabajos, no sin salir raspado de varias partes – “Me va a dejar bien reputeado este pinche culero” –, se escabullía Shitman, que ya había salido de lo que quedaba de la habitación…

La alarma de incendios del hotel, se había activado y personal había subido por el elevador, hasta donde tenía lugar la pelea, pero los eructos los alcanzaron y fulminaron de inmediato, así como a la gente que, muchos desnudos, comenzaron a huir despavoridos del lugar…

Shitman habría preferido evitar toda esa destrucción, que le recordaba a la que veía en esas viejas arqueopelículas, también rescatadas de la Tierra, en donde los héroes destruían todo, pero, al final… bueno, supuestamente ganaban, sin embargo, dejaban todo madreado…

Y él se preguntaba, siempre que las veía, que si eso era “ganar”, dejando todo hecho mierda…

Como él, en ese momento, que tanto eructo estaba haciéndolo, ahora sí, mierda…

Se deslizaba ya, veloz y muy alarmado, por la escalera de servicio, perseguido por el protosapo y sus destructivos eructos…

-¡¿No te cansas de tanto eructar, culero?! – gritó Shitman, pero, por toda respuesta, recibió otro eructo que le deshizo otra orilla…

“Puta madre, ahora en la cara”, pensó con coraje, pues se le notaría…

En eso, Britney pareció, por fin, tomar algo de aire…

“¡Qué chingados haré!”, pensó Shitman, y en fracciones de segundo, tuvo una ocurrencia, que, rogó a Ometeotl – una arqueomexica deidad, averiguada, también, por cortesía de sus búsquedas de antiquísima historia –, diera resultado…

Regurgitó todo el pulque que se había tomado, reprocesándolo en una milésima de segundo de mierda a fermentada bebida, y lo arrojó al protosapo, con todas su fuerzas eructivas…

El vaporoso, fermentado eructo, fue a darle directo a la boca al protosapo…

De momento, nada ocurrió…

Hizo el intento de eructar otra vez su corrosivo gas, pero… nada, sólo se atragantó…

¡Y, gracias a Ometeotl, dio resultado, la que los antiguos habían llamado bebida de los Dioses, funcionó, pues para la forma original del alienígena, era veneno puro y mató… o, más bien, deshizo poco a poco a ese “puto, culero”!…

Shitman huyó del lugar, envuelto en una manta, antes de que llegaran los policías…

No quería que averiguaran su personalidad secreta…

Lamentaba que casi medio hotel hubiera sido destruido por ese cabrón sapote, pero…

Bueno, nunca había enfrentado algo así…

 De todas sus anteriores misiones, llevadas durante esos casi 200 años, toda la destrucción de peligrosos alienígenas había sido discreta…

Siempre había una primera vez, reflexionó…

 

 

 

 

 

III

 

Más tarde, reposaba en la cama de la pequeña habitación, de su minúsculo departamento, por el que pagaba 500 lunláres al mes…

Curaba sus heridas…

“Me dejó bien puteado”, pensaba, mientras se ponía alcohol…

Veía en su badtop las noticias sobre lo ocurrido en ese hotel, toda la destrucción que había quedado y las masas informes halladas en una cama y en las escaleras…

Había anotado, como siempre hacía, en su bitácora de misiones, como así se titulaba un archivo de su badtop, la debilidad de los Killdagas – ya había buscado por el CosmicBook de dónde venían y cómo se llamaban esos alienígenas –, el curado de nuez, tan efectivo, que los destruía en su forma natural…

Así que, si se volvía a encontrar a otros, siempre tendría que estar bien armado de ese rico curado…

Sí, ante cualquier  nuevo peligro cósmico, ahí estaría, como siempre, Shitman, para proteger a los lunáticos…

Guardó el archivo y se dispuso a saborear un buen curado de nuez, que tuvo tiempo de comprar en la pulcata de la esquina de su casa, antes de que cerraran…

 

FIN

 

Tenochtitlan, 2020

 

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